Agustín Alvarez llegó a la Universidad Nacional de La Plata de la mano de Joaquín V González. Fue el primer vicepresidente de la Universidad, además de docente donde dictó la cátedra Historia de las Instituciones en la Facultad de Derecho. Durante los diez años de fecunda labor en la Universidad, tuvo un intenso trato con intelectuales y artistas y en ese período aparecieron sus principales libros.
Nacido el 15 de julio de 1857 en el seno de una tradicional familia de Mendoza, su padre Nicolás Alvárez y su madre Matilde Suárez vieron como ese día crecía la familia que ya contaba con cinco hijos. Matilde dio a luz a gemelos, que fueron bautizados con los nombres de Agustín y Jacinto.
Todo transcurría tranquilamente hasta que en la noche 20 de marzo de 1861, un fuerte terremoto se produjo en Mendoza. La casa de los Alvarez, como tantas otras se derrumbó y murieron siete de los nueve integrantes de la familia. Milagrosamente la criada se refugió junto a los gemelos en el único lugar que quedó en pie y salvaron sus vidas. Los pequeños quedaron a cargo de otros parientes y esta experiencia marcó sus vidas e hizo que ambos tuvieran una profunda relación.
Agustín estudió en el Colegio Nacional de Mendoza y en el último año de estudio, encabezó una protesta, reclamando el mejoramiento de la enseñanza y la abolición de los castigos corporales. Esta acción casi le cuesta la expulsión del colegio. Luego de egresar viajó a Buenos Aires, e ingresó becado en el Colegio Militar. Su hermano Jacinto estudió Medicina.
Agustín partió como teniente 1º hacia el fuerte de Azul. Realizó varias campañas y expediciones militares. Luego pidió el traslado a Buenos Aires y comenzó sus estudios en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, graduándose en abogacía con una tesis titulada “La policía: contravenciones y penas en Mendoza”. Se graduó en 1888 y el mismo año se casó con Agustina Venzano. Regresó a Mendoza para asumir el cargo de jefe de policía. Posteriormente, fue juez civil por dos años.
En 1890 dictó clases de filosofía y nociones de derecho en el Colegio Nacional. Comienza a publicar artículos en El Debate, periódico de Mendoza. Fue electo diputado nacional en representación de Mendoza, cargo que desempeñó hasta 1896. También participó como delegado a la Convención Nacional para la reforma constitucional, realizada en la provincia de Santa Fe. Como delegado universitario brindó numerosas conferencias e intervino en congresos nacionales e internacionales. Participó, además, en diversas instituciones culturales, entre las que se destaca la Sociedad Científica Argentina, en la que ocupó en 1912 el cargo de presidente.
La obra escrita de Alvarez se expresó inicialmente en el periodismo, con un estilo personal que se traslada posteriormente al conjunto de ensayos que le harían obtener el reconocimiento de sus contemporáneos. Desde la forma ensayística va a elaborar una determinada interpretación de la situación que experimenta la nación en su tránsito a la modernización. Como un exponente de la generación del 80 , su fe en la ciencia y el progreso están presentes siempre. Los alcances que tiene su confianza en la racionalidad se aprecian en el ensayo “¿Adónde vamos?” publicado en 1902.
Para Alvarez, que no alcanzaría a conocer la crisis de la idea de progreso que trajo aparejada la primera guerra mundial, no existían dudas acerca de que el conocimiento científico y técnico es el motor de una transformación sin precedentes. Agustín Alvarez había viajado a Londres. Allí fue afectado por una parálisis cerebral en 1913 y un año después, el 15 de febrero, falleció en Mar del Plata.
Son sus obras principales: South America (1894), Manual de patología política (1899), Ensayo sobre Educación (1901), La evolución del espíritu humano (1905), “La transformación de las razas de América” (1908), Historia de las Instituciones libres (1909), Breve Historia de la Provincia de Mendoza (1910), entre otras.